Ayuno
Ayunar es una de las disciplinas espirituales que nos viene bien ejercer como cristianos. Nos ayuda a fortalecer nuestro espíritu y a acercarnos más a Dios, ya que nos ofrece la oportunidad de negar algo a nuestro cuerpo y escoger voluntariamente dar prioridad a algo espiritual: nuestra relación con Dios.
El significado básico de la palabra ayuno es la abstención completa o parcial de comida y/o bebida por un período de tiempo. Quiere decir que cuando decidimos ayunar por un tiempo específico, se sobrentiende que dejaremos de comer o beber completa o parcialmente.
¿Cuál debe ser la motivación del ayuno?
El motivo principal del ayuno debe ser acercarnos a Dios, mostrarle nuestro amor, obediencia y sumisión. No debemos marcar un día de ayuno por motivos egoístas o para conseguir algo que deseamos que Dios nos conceda a cambio.
El ayuno no sirve para modificar la decisión de Dios, acelerar su respuesta o manipular su voluntad. Por el contrario, el ayuno nos ayuda a centrar nuestra atención solo en Dios, para que podamos escuchar y adorar de todo corazón.
Ayunar nos hace más capaces de fijar nuestros ojos en Cristo y escucharlo con claridad. Su Espíritu a menudo comienza por traer a la mente el pecado que necesita ser confesado. Al hacerlo, santifica nuestros pensamientos y usa este tiempo precioso para incrementar nuestro deseo de Dios, mostrarnos su voluntad y concedernos entendimiento y paz. En esencia, el ayuno nos une a Él de una manera que sería imposible cultivar en nuestro ajetreado mundo.
¿Quiere ver a Dios moverse de maneras asombrosas en su vida? Al eliminar cualquier distracción, puede fijar la atención solo en el Creador y clamar según sean cada una de sus necesidades. A medida que conozca mejor a su Padre celestial y a usted mismo, se acercará más a Él.
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