Paciencia
"Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo”. 2 Tesalonicenses 3:5
Vivimos en una sociedad que exige tener paciencia, no sólo por la falta de control sobre muchas de las áreas que afectan nuestras vidas, sino porque convivimos a diario con personas muy diferentes a nosotros, quienes tienen ideas, culturas y conceptos que difieren en gran manera a los nuestros. Pero como si fuera poco, la paciencia no es sólo algo que exige el diario vivir, sino un resultado que nuestro Dios espera de nosotros. Él nos dice que nuestra vida debe mostrar frutos de paciencia. (Gálatas 5:22).
Cuando un hombre o una mujer logran ser pacientes, entonces ante los ojos de Dios se convierten en personas perfectas, cabales, sin que les falte cosa alguna (Santiago 1:4). La paciencia es sinónimo de entereza y serenidad, no causa incertidumbre, produce esperanza y nos permite alcanzar las promesas de Dios (Hebreos 10:36).
Ten presente que tú paciencia será probada, debes ejercitarte en ella pero nunca olvides que para Dios es más valioso cuando esperamos en Él, que cuando queremos hacer las cosas por Él.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Hebreos 12:1.
Comentarios
Publicar un comentario